A quienes encuentren mi barco hundido...

"Bienvenido a mi morada. Entre libremente, por su propia voluntad, y deje parte de la felicidad que trae."
(Drácula)

viernes, 13 de mayo de 2011

Permiso para respirar (parte 5): De todo un poco

(Imagen extraída de: http://www.gigicangica.blogger.com.br/valquiria.jpg)

Hoy me vais a permitir que os ofrezca una entrada de blog común y corriente, de esas en las que uno pone un poquito más de sí mismo de lo que normalmente hace. Y es que este blog es más personal cada día, cada vez se me hace más difícil someterlo a normas, decidir qué es mirar y qué es observar. Clasificar la realidad no es trabajo fácil, y a veces una se cansa de darle al coco.

Mientras escribo esto estoy escuchando "Guardians of Asgard", de Amon Amarth, grupo del que me compré una muñequera el domingo pasado en Expomanga. Mis otras dos adquisiciones en tal evento se reducen a otra muñequera, de Immortal, y una púa metálica de los mismos para llevar colgada al cuello. Probablemente más de uno esté pensando que es una tontería ir a un evento relacionado con el manga y el anime para hacerse con la típica mercancía metalera que se puede comprar en ferias, pero la verdad es que era lo único que me interesaba comprar, por el precio y porque no había visto estos elementos en concreto en mercadillos, o no de la misma calidad. Y porque me apetecía, sencillamente. Por lo demás me pareció que los precios eran demasiado altos, y en general en este tipo de exposiciones me gusta más echar un vistazo al panorama, disfrutar de algún buen disfraz y de algo de arte. Realmente llevaba años sin ir al Expomanga, ya sabéis que Mayo no es un mes propicio para andar saliendo mucho si tienes que estudiar, pero este año pude hacer una pequeña escapada y mereció la pena.


Aparte de eso, poco más hay que contar. Os escribo sentada en la cama, cosa que no suelo hacer. Normalmente tiro de ordenador de sobremesa, pero hoy me he permitido un pequeño cambio, tengo la música un poquito más alta de lo normal (que no es mucho teniendo en cuenta que no me gusta provocarme sordera a mí misma), la habitación envuelta en una suave penumbra y los dedos martilleando el teclado. Vamos, que estoy en una situación de tranquilidad absoluta. El resto de mi morada está en silencio. Las tardes de viernes no suelen ser así para mí. Normalmente acabo cayendo en los brazos de Morfeo, o en otras palabras, me echo una siesta del copón. No tenía costumbre de dormir siesta, pero la he ido cogiendo los viernes, y aunque me ponga dos despertadores me sumo en un sueño profundo y cuando abro los ojos veo que es de noche y que he perdido el tiempo, pero mi cuerpo me lo agradece. Supongo que si no fuera con tantas prisas a todas partes, no me sentiría como si perdiera tiempo cuando lo invierto en descansar. También ocurre que a algunas personas nos cuesta estar quietas.

Esta mañana ha habido un fallecimiento en mi familia, de una tía de mi madre a la que no conocía mucho pero por la que lo siento. Llevaba unos días ingresada en el hospital, y ya estaba agonizando, así que esto es lo mejor que podía pasarle dada la situación en la que se encontraba, pero ya sabéis cómo son estas cosas. Espero que por fin descanse y no sufra más.

Tras haber escrito por el mero placer de escribir, os deseo que paséis una buena tarde-noche y espero terminar la entrada que tengo a medias pronto, que sin duda os parecerá más interesante que mis anécdotas.

No hay comentarios: