A quienes encuentren mi barco hundido...

"Bienvenido a mi morada. Entre libremente, por su propia voluntad, y deje parte de la felicidad que trae."
(Drácula)

domingo, 25 de mayo de 2008

Observo (parte 1): Egoísmo


Egoísmo

egoísmo.

(Del lat. ego, yo, e -ismo).

1. m. Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás.


(Fuente: Real Academia de la Lengua Española)


Hace unas semanas hablaba con un amigo de si desear que tus seres queridos sean felices es egoísta o no.
Somos animales sociales. Interaccionamos con nuestros congéneres y podemos llegar a crear lazos de amistad y familiaridad. Apreciamos a otros y queremos que estén bien, que se sientan a gusto. ¿Por qué? Lo más sencillo es responder: porque los amamos. Pero consideremos que a nosotros nos gusta verles bien; el hecho de que nos guste, de que nos reporte satisfacción, da a entender que no sólo pensamos en ellos, sino que también nos importa nuestro propio estado de ánimo. La alegría de nuestros seres queridos se traduce en bienestar para nosotros mismos. Es natural, buscamos sentirnos bien constantemente, y si pudiésemos experimentar esa sensación estando mal aquellos a los que apreciamos, seríamos fríos o incluso egoístas... pero, en cierto modo, nosotros queremos que nuestros amigos y familiares sean felices para ser felices nosotros. ¿No sería también eso egoísmo?

Evidentemente, no pensamos en querer a los demás para nuestro propio beneficio. No somos seres completamente racionales que hagan un cálculo de costes y beneficios antes de emprender cualquier acción. Nuestros instintos nos preceden y no podemos controlarlos, por lo que no podemos elegir amar o no amar. Por todo esto y por nuestra tendencia a aumentar nuestro placer y reducir nuestro dolor, el egoísmo es algo que nos viene dado por naturaleza. Sin embargo, tiene una connotación muy negativa que nos viene dada por un modelo clásico de moral.

El egoísmo, ¿es "malo"? ¿es un defecto? A mi parecer, es simplemente un instinto cuyo efecto perjudicial reside sólo en su manifestación excesiva. Es decir, todos y cada uno de nosotros somos egoístas. Negar nuestro egoísmo sería negar una parte de nosotros con la que hemos de convivir. Pero dejar que el egoísmo conduzca todas nuestras acciones y justificar este hecho aludiendo a que es una actitud natural, no es nunca la solución. No pienso que haya que condenar el egoísmo y considerarlo un defecto a corregir mediante actitudes altruistas en ocasiones de carácter idílico, sino que debemos ser conscientes de que, aunque siempre nos acompañe como tantas otras emociones, nunca debemos llevarlo al extremo.

¿Y vosotros, qué pensáis del egoísmo?

(Gracias a Ángel, que nunca me deja comentarios y dice que soy una escritora críptica, por la conversación que inspiró esta entrada)

jueves, 15 de mayo de 2008

Miro (parte 1): Especialización


Especialización

A día de hoy, disponemos de medios que deberían ayudarnos a establecer una educación de calidad, una educación de la que estar orgullosos y que nos permitiera igualarnos a Europa (esa meta que nos fijamos para todo lo que hacemos); sin embargo, nos encontramos una y otra vez ante la misma situación: tenemos uno de los peores niveles educativos del continente. Se suceden las reformas educativas en un intento de que las aulas no se masifiquen de alumnos repetidores y lo único que se consigue es desorientar a los estudiantes, que no saben ya con cuántos suspensos pueden pasar de curso, si tienen que elegir itinerario desde la ESO o si cuando terminen la carrera van a tener una licenciatura o un grado.

Nuestros mayores nos hablan de sus tiempos, unos tiempos que parecen cada vez más lejanos debido a las enormes diferencias que tienen con la actualidad. ¡Cuántas veces habré oído decir que antes uno tenía que saber de todo! Al parecer, antes daba igual que fueses de letras o de ciencias, porque de las dos cosas tenías que saber, y si nos remontamos a la Antigüedad, encontramos que los grandes filósofos recibían una cuidada formación en todas las materias (no olvidemos que uno de los requisitos para entrar en la Academia de Platón era conocer las matemáticas). Todavía hoy premiamos a las figuras que, destacando en un campo concreto, tienen conocimientos de otras ciencias, lenguas y artes.

Pero aun así, nos encaminamos hacia la especialización. Cierto es que la división de tareas nos permite aumentar nuestra eficiencia en la realización de una actividad determinada, pero esto, llevado al extremo, da como resultado profesionales en áreas muy delimitadas que son completamente nulos en otras.

Que conste que no defiendo el aprendizaje de todas las materias por igual; de hecho, reconozco entre las ventajas de la especialización que me permita prestar más atención a ciertas asignaturas mientras que no vuelvo a ver otras que me parecen muy complicadas, y esto seguramente sea beneficioso para muchas otras personas que no se sienten capacitadas para aprender a desarrollar determinadas actividades. Pero sí pienso que se nos debería educar en todo a un nivel básico o incluso medio y no hacernos elegir un itinerario que determinará nuestros estudios superiores (si queremos seguir estudiando) ya en secundaria.

Y el problema no termina ahí. Se habla continuamente de la LOU y de las reformas de la misma, del Plan Bolonia... y, concretamente, se habla del paso de licenciaturas y diplomaturas a grados. Hay carreras que van a desaparecer, y los grados parecen ser la reducción de las mismas a una formación general en determinadas materias que deberíamos completar (nunca es obligatorio, pero sí muy recomendable si tenemos vistas a trabajar en lo que hemos estudiado) con un postgrado que nos permitirá especializarnos después de cuatro años (porque será la duración estándar de las carreras) de universidad. Sin hablar de la posible sustitución de becas por préstamos a devolver una vez hayamos terminado, que ese es otro tema que no viene al caso. En definitiva, dentro de unos años no bastará con estudiar una carrera, porque quienes más se especialicen, serán los que más posibilidades tengan de encontrar un trabajo con buenas condiciones.

Me vienen a la cabeza diversas preguntas sobre este tema, y en todas las respuestas pinta algo Don Dinero, del que bien decía Quevedo que era "poderoso caballero"; así que lanzo al aire esta otra:

¿Es símbolo de eficiencia ser erudito en un tema e ignorante en otros mil?