A quienes encuentren mi barco hundido...

"Bienvenido a mi morada. Entre libremente, por su propia voluntad, y deje parte de la felicidad que trae."
(Drácula)

miércoles, 23 de febrero de 2011

Observo (parte 8): Menos mal

(Imagen extraída de: http://nabaizaleokberriak.files.wordpress.com/2010/02/23-f-tejero.jpg)

Hace poco se acabó el 23-F, día siempre plagado de comentarios por los acontecimientos que marcaron para siempre la Historia española. El relato es bien conocido, y de no ser por la actuación de una serie de personajes fundamentales, probablemente el golpe del señor Tejero habría sido llevado a cabo con éxito. Sinceramente, no me quiero imaginar cómo habrían sido las cosas si eso hubiera llegado a ocurrir. Sé que habría dado lugar a una realidad que no me habría gustado, y cuyas consecuencias seguirían haciéndose notar hoy en día, en el supuesto de que un contragolpe hubiese logrado desbancar a los militares del poder.

No me gusta hablar de política porque considero que la mayoría de la gente (al menos, de la que yo conozco) es incapaz de mantener un diálogo abierto sobre el tema. Comprendo que cada cual tenga sus preferencias e incluso que se sienta plenamente identificado con una ideología en concreto, pero unos y otros terminamos tirándonos los trastos a la cabeza cuando sería más sencillo documentarnos y poder analizarlo intentando distanciarnos de nuestros propios prejuicios. Y sé que más de uno me dirá que para qué. Total, es algo que quita mucho tiempo. Bien, pues entonces centrémonos simplemente en escuchar los argumentos de la persona con la que estamos hablando, que los nuestros nos los sabemos muy bien. Nada. Al final todo deriva en una discusión sin fin. Y aunque no negaré que me gusta defender mis opiniones y conocer las de otros, hay momentos en los que me siento demasiado cansada para enzarzarme en una pelea de gallos.

Sin embargo, reconozco abiertamente que no me gustaría vivir en una sociedad gobernada por un poder conservador. Reconozco que la gestión del actual gobierno socialista dista mucho de cumplir con los idílicos principios izquierdistas tan ampliamente divulgados, pero por muchas quejas que tengamos al respecto, el grado de libertad del que gozamos era inimaginable en tiempos de Franco. Una libertad la nuestra que se ve coartada por ciertas medidas contradictorias de las que no procede hablar ahora, pero que me permite estar escribiendo esto ahora mismo.

Para mí el 23-F es un día más del año ya que no viví aquel suceso, pero puedo alegrarme de que las cosas le salieran mal al señor Tejero. Y menos mal.

4 comentarios:

Darrkehem dijo...

Acontecimientos así me hacen sentirme más viva, sobre todo por ver el momento tan importante que se vivió y lo bien que se resolvió (personalmente, creo que Tejero estaba tan mal organizado que tampoco hubiese conseguido mucho xDD)... sentirnos parte (no lo hemos vivido, pero pilla de cerca) de la Historia me emociona, aunque sean sucesos terribles, pero saber que al final todo acabó como conocemos me llena de "orgullo y satisfacción" XDD

Hablar de política... mejor reírse de ella... informándose ;)

Capitana de barco hundido dijo...

La verdad es que ver que las cosas salieron bien te hace pensar que a lo mejor no sabemos combatir la nieve cuando cae sobre Madrid, pero en situaciones críticas tenemos, o hemos tenido, gente capaz de hacer algo.

Y qué razón tienes sobre todo en lo último ^^

Lorenzo dijo...

Buff... El 23-F, o por lo menos, la actuación de los políticos y la sociedad me hace pensar bastante... Obviamente, no estaba ni en proyecto, por lo que todo ese conocimiento alrededor de los hechos está hecho "en frío", después de mucho leer y escuchar y ver. Hace poco pude ver en La Sexta un reportaje que a modo de retrospectiva preguntaba a personajes de todo linaje y pelaje sobre su situación aquel entonces, como forma de reconstruir un momento clave. Las horas de terror, de incertidumbre... Y a la vez, la respuesta de personajes clave para acabar con la intentona antes de que tuviera tiempo de echar raíces. No tengo intención de endiosar a la clase política de entonces, pero habría que aprender de ello: la unión pese a la (necesaria) divergencia de opiniones dentro de unos mínimos democráticos. El mismo día del aniversario, en el Congreso no han faltado pullas que utilizaban el 23-F como arma arrojadiza. Falta clase, y tal vez, sea cosa de no tener perspectiva histórica, o de hacer uso partidista de ella.

Cierto es, nuestra generación ha nacido en democracia y no sabe lo que ha vivido en sus carnes todo ese período negro anterior. No obstante, a pesar de lo que se ha conseguido, tengo la impresión de que en estos momentos, conseguir cosas cuesta aún una barbaridad, y creo que los políticos están perdiendo el valor de representantes de un sentir general para hacerlo del suyo propio, cada vez más suyo y cerrado. Como si les hubiera olvidado que, por mucho que se haya recorrido, y muchos golpes que hayan evitado otros en el pasado.

Opino también como Nines, sentirse cerca de la Historia resulta no solo emocionante, sino que también te acerca a la idea de nación, de un sentir general por encima de ideologías. Como una conciencia nacional colectiva que sirve para fortalecer vínculos comunes bajo una serie de símbolos identificativos.

En fin, eso es todo (que no es precisamente poco, perdón por alargarme ^^U).

Capitana de barco hundido dijo...

El problema es que la misma cercanía que tenemos a la Historia debería concienciarnos de los errores cometidos en el pasado para no repetirlos en el futuro, y debería hacer que todos nos esforzásemos más para mantener una idea de democracia que tanto nos costó y que cada vez se desvirtúa más...

Calidad y cantidad se han unido en tu comentario, Lorenzo. No te preocupes. Y gracias :)