A quienes encuentren mi barco hundido...

"Bienvenido a mi morada. Entre libremente, por su propia voluntad, y deje parte de la felicidad que trae."
(Drácula)

miércoles, 27 de abril de 2011

Observo (parte 13): Coraje

(Imagen extraída de: http://www.freewebs.com/benditapoesia/rtg.bmp)

Cuando todavía estaba en el colegio tuve la suerte de dar con un profesor que se preocupaba por la moral de sus alumnos. Si bien sus clases resultaban un tanto soporíferas, hizo cosas por las que siempre le recordaré con cariño, como poner interés en mis historias y motivarme a seguir escribiendo, tratar de concienciarnos del daño que hacíamos a nuestro planeta o del que nos hacíamos a nosotros mismos con las faltas de respeto.

Una tarde, el profesor del que os hablo llegó con un fajo de tarjetas negras. En cada una de ellas figuraba una cualidad en la parte delantera, y una serie de máximas en la trasera. Las repartió, y supuse que lo hizo al azar, pues en mi mesa cayó la del coraje. Guardé la tarjeta con cierta vergüenza por si algún compañero la veía y se reía de mí, ya que el coraje nunca ha estado entre mis virtudes. Siempre me ha parecido algo demasiado grande, digno de unos pocos, y esa chiquilla silenciosa y sombría poco tenía de valiente. Tan sólo hacía lo que creía correcto, preguntando mis numerosas dudas pese a las risas de mis compañeros, y defendiendo a éstos cuando no me parecía justo el trato que se les daba, y recibiendo a cambio risas y desprecio en muchos casos. A nadie le parecía valiente y por dentro me sentía inútil y penosa. Parecía que ser yo misma era siempre un problema, pero no sabía hacer otra cosa.

Cuando llegué a casa, cogí la tarjeta y le di la vuelta. Las frases que venían en la parte trasera se me quedaron grabadas a fuego, especialmente la última:
  • "Si tienes algo que hacer, ¿por qué no ahora" (Proverbio)
  • "Mi vida era un riesgo. ¡Y yo lo asumí!" (Robert Frost)
  • "Los pasos a medias sólo sirven para hacernos retroceder" (Abraham Lincoln)
  • "Muchas pequeñas derrotas pueden conducir a la gran victoria" (Chuang Tzu)
Tal vez el coraje no estaba en el alarde ni el triunfo, sino en intentar las cosas una y otra vez, siempre incansable pese a los obstáculos. En seguir adelante hasta el final, independientemente de las risas de quienes no querían entenderme.

Empecé a llevar la tarjeta conmigo, escribí las frases por todas partes. Cuando me sentía débil, recordaba las palabras de Chuang Tzu, pensaba en aquel pequeño regalo de un profesor que quería inspirarnos y me llenaba de energía.


Pero el coraje es mucho más que la lucha de una estudiante torpe. Hay cosas mucho más importantes en la vida, momentos en los que hay que tomar decisiones cruciales o cumplir con tu palabra, actuar pese a las dificultades y vencer tus temores para continuar avanzando. Y en esos momentos, muchos que se las han dado de valientes durante largo tiempo encuentran una traba ante la que lo mejor que se les ocurre es esconder la cabeza y esperar a que pase la tormenta. Y es que como dijo George R. R. Martin en su famosa obra "Juego de Tronos": "Si no tiene nada que temer, un cobarde no se distingue en nada de un valiente. Y todos cumplimos con nuestro deber cuando no nos cuesta nada. En esos momentos, seguir el sendero del honor nos parece muy sencillo. Pero en la vida de todo hombre, tarde o temprano, llega un día en que no es sencillo, en que hay que elegir." 

No hemos de pensar en el valor como cosa de héroes imaginarios, o sólo como algo que se demuestra en situaciones a vida o muerte. En la vida cotidiana encontramos multitud de ejemplos en los que se nos presentan situaciones que requieren una toma de decisiones, y decidir nunca es fácil cuando tenemos algo que perder o algo que temer. Pero ignorar esos momentos en los que nuestros pasos y quizá los de otros dependen sólo de nuestra voluntad no sirve de nada. Y es ahí donde se demuestra si alguien tiene coraje. Se lo demuestra uno mismo, no tiene por qué demostrárselo a nadie.

Hoy aplaudo a quienes son verdaderamente valientes y son conscientes de ello, a quienes creen en sí mismos porque saben de lo que son capaces y están orgullosos, así como aplaudo a quienes son igualmente valientes y no se dan cuenta. Tal vez algún día pueda sentirme como ellos. Mientras tanto, les presento mis respetos.

6 comentarios:

W. dijo...

El arte de la guerra de Tzu, un gran libro, aunque es algo que no he leído de principio a fin, si no cosas puntuales, no obstante muy bueno.

El coraje nunca ha sido precisamente mi cualidad, siempre he estado encerrado en mi mismo, intentando tomar el menos contacto con el mundo posible. Aunque la verdad, no sabría decir cual es mi cualidad.

Un abrazo capitana, desde el otro mundo.

Capitana de barco hundido dijo...

No sabes la alegría que me da verte por aquí ^^

El coraje es una gran cualidad. Creo que muy pocas personas la tienen realmente. Para mí es algo admirable. Pero aunque tal vez no seamos valientes, seguro que tenemos otras cosas buenas.

Otro abrazo para ti

Estelwen Ancálimë dijo...

Ojalá yo hubiera tenido un profesor como ese. Me pregunto qué tarjetita me hubiera dado a mí...
Por cierto, muy buena la cita de "Canción de Hielo y Fuego". Me recuerda a cuando Bran le pregunta a su padre si se puede ser valiente cuando tienes miedo, y él le contesta que ese es el único momento en que se puede ser valiente.

Capitana de barco hundido dijo...

^^
La verdad es que era un encanto de hombre. Me ayudó mucho.

Sí... ese momento del libro también es muy muy bueno.

Gracias ^^

Saturos de Neraka dijo...

Si alguna vez se nos pasan las ganas de luchar, conquistar y arrasar las metas de nuestro dia a dia, entonces es que estamos ya muertos.

Capitana de barco hundido dijo...

Amén a eso.